A la memoria de la Dra. Angela Giglia. Antropóloga urbana1
Introducción
El Metro transporta diariamente alrededor de 4 millones de personas, entre hombres, mujeres, niñxs, ancianxs. Es sin duda uno de los transportes públicos de la ciudad de México que hacen posible la movilidad de personas por toda la ciudad. Sin embargo, no está exento de problemas: robo, ambulantaje, contaminación, ineficiencia, aglomeraciones y el hostigamiento sexual contra mujeres y hombres, son algunos de éstos principales problemas.
Desde 2006 el delito de hostigamiento sexual contra mujeres ocupa el segundo lugar en incidencia diaria, en el metro. Como parte de las acciones que el gobierno de la ciudad ha emprendido desde años anteriores, aunque de manera reciente, tenemos que:
De 1999 a 2001 se llevó a cabo una campaña contra el abuso sexual en el Sistema de Transporte Colectivo Metro, que tenía como finalidad no sólo detener el problema en este medio sino de informar a la población que trata de un delito y no de una falta administrativa. Esta campaña tenía entre otros propósitos desalentar la actuación de los agresores sexuales que consideran el tocamiento como algo normal.
Para 2004, los dos vagones delanteros de los trenes del metro fueron reservados para la población femenina e infantil únicamente en horas pico. Dos años más tarde, las autoridades capitalinas decidieron reservar tres vagones y no dos para mujeres y niñas y niños en horas pico poniendo letreros que informan de esta acción policías de Seguridad Pública vigilando que no sean abordados por varones.
Pese a estas medidas no se han obtenido los resultados esperados ya que los delitos sexuales hacia las mujeres que viajan en ese transporte se incrementan cada año. Siendo particularmente “peligrosas” las estaciones de Pino Suárez, Hidalgo, Pantitlán, Balderas y Martín Carrera. De acuerdo con el Inmujeres-DF, 50 por ciento de los toqueteos y abusos hacia mujeres tienen lugar en vagones, 9 por ciento en accesos, 4 por ciento en vestíbulos y resto en andenes y escaleras (Torres, 2007).
Este ensayo tiene el propósito de abundar en la problemática del hostigamiento sexual, particularmente contra mujeres en el sistema de transporte colectivo metro a partir de testimonios. El objetivo principal será análisis de los espacios exclusivos para mujeres que el gobierno de la ciudad ha implementado como solución para disminuir el hostigamiento sexual. Para ello emplearemos cierta metodología propuesta por la Dra. Amalia Signorelli para realizar análisis de las relaciones entre sujetos y lugares, a saber: la categorización de relaciones con el objetivo de recoger datos y manejarlos de tal manera que nos ayuden a comprender la realidad.
- Relaciones entre un sujeto y los lugares.
- Relaciones entre sujetos en los lugares
- Relaciones entre los lugares en la experiencia y en las representaciones mentales de los sujetos.
Para recabar los datos utilizamos dos fuentes: Una entrevista realizada a compañeras y compañeros de la UAM-Ixtapalapa y las respuestas dadas en un foro del periódico El Universal sobre el hostigamiento sexual en el metro, que tuvo más de 600 respuestas y más de 16 mil visitas. Dicho foro fue abierto tras una petición nuestra que para nuestra fortuna fue atendida y como consecuencia del anunció por parte del GDF de que se endurecerían las penas contra acosadores sexuales en el metro (2008).2
El acoso sexual.
El acoso sexual no respeta sexo, ni edad. Sin embargo se da principalmente contra las mujeres, y en menor medida contra hombres. En los testimonios recabados se hizo patente que el acoso se da de hombres contra hombres, de mujeres contra hombres, de mujeres contra mujeres y sobre todo de hombres contra mujeres. Por esta razón en este ensayo nos enfocaremos al acoso sexual padecido por las mujeres y que ha derivado en la asignación de vagones exclusivos para mujeres. Lo que sin lugar a dudas, colateralmente, irremediablemente, da lugar a que los hombres viajen en vagones “exclusivos” para hombres. Es decir, si hay nueve vagones y tres son reservados para mujeres, al menos otros cuatro se convierten en exclusivos para hombres y dos más son vagones mixtos.
Actualmente el código penal federal considera el acoso sexual como un delito menor, sin embargo, si se sucede en el transporte público el delito adquiere un carácter grave. El problema principal de un juicio por acoso sexual en el transporte, no obstante, es cómo comprobarlo. La complicidad de policías y mujeres u hombres (muchas veces homosexuales) ha dado lugar a extorsiones y encarcelamientos injustos contra hombres y mujeres falsamente acusados de hostigamiento sexual u algún otro delito. Al final del ensayo intentaremos abordar el tema.
El hostigamiento sexual es un comportamiento, que se presenta en distintos ámbitos de la vida diaria, a todas luces sexista, que niega la posibilidad de la libre elección sexual para mujeres u para hombres y que por lo tanto es violatorio de los derechos humanos consignados en la Constitución y en tratados internacionales firmados por el gobierno mexicano, pero que además transgrede y violenta la integridad corporal y mental de los individuos, en este caso particularmente de las mujeres, pues como hemos dicho el mayor índice de incidencia es contra ellas.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el hostigamiento sexual incluye:
- Insultos, observaciones, bromas o insinuaciones de carácter sexual o comentarios inapropiados sobre la forma de
- vestir, el físico, la edad o la situación familiar de una persona
- Contacto físico innecesario y no deseado, como tocamientos, caricias, pellizcos o violencias
- Observaciones molestas y otras formas de hostigamiento verbal
- Miradas lascivas y gestos relacionados con la sexualidad
- Invitaciones comprometedoras
- Solicitudes de favores sexuales
Según el Instituto de las mujeres del Distrito Federal, en el marco del programa “Viajemos seguras” (2008), los tipos de acoso sexual que se presentan en el transporte público y en particular en el metro, son los siguientes:
- Los tocamientos
- Las palabras obscenas e insinuaciones sobre tu cuerpo o apariencia
- La exhibiciones de genitales
- Las miradas lascivas, permanentes e incomodas a tu cuerpo
- Las expresiones corporales y verbales ofensivas hacia las mujeres y niñas
- Agresión o intimidación
- Persecución
- Cuando toman fotos a tu cuerpo sin tu consentimiento
Finalmente habría que decir que el hostigamiento sexual deja secuelas que van de ligeras a graves según el nivel de intensidad del hostigamiento. Invariablemente hay un efecto traumático, pero las personas tenderán a superarlo o sufrirlo según las explicaciones que del hecho se den y según el apoyo que tenga de otras personas cercanas a ella. Por esta razón dentro del programa Viajemos Seguras se dispusieron módulos de atención con personal supuestamente capacitado para dar orientación jurídica, información sobre servicios médicos y psicológicos, con un trato respetuoso y profesional (sic).
Testimonios de agresiones sexuales en el metro.
- Relaciones entre un sujeto y los lugares.
Antes de pasar a las descripciones, es importante anotar algunas puntualizaciones sobre las tres modalidades de las relaciones entre sujetos y los lugares, (en nuestro caso, entre usuarios y Metro) propuestas por Amalia Signorelli (2008). Ellas son:
La asignación: que se refiere a la incapacidad temporal del sujeto (individual y/o colectivo) de modificar significativamente el entorno en el que se encuentre en un lugar dado, a un tiempo dado. Que en el tema de nuestro ensayo es evidente pues a las mujeres (y a los niños) les son asignados (por el sistema de transporte colectivo) tres vagones del metro exclusivos para ellas en horas de gran demanda del servicio de transporte que es el metro. Dichas horas son: de 6 a 10 de la mañana y de 6 de la tarde a 10 de la noche. Sin embargo, como hemos dicho antes, colateralmente también se da una asignación de vagones exclusivos para hombres en los mismos horarios.
La segunda modalidad a decir de Amalia Singorelli es la apropiación de los lugares, que se refiere a la actividad que desarrolla un sujeto con la intención de hacer suyo un lugar (o una cosa, o un bien). En relación al metro, habría que decir varias cosas. En primer lugar, el metro, las instalaciones del metro, son en si mismas en tanto medio de transporte propiedad del Estado, zona federal. Es decir, hay unos sujetos (policías) que realizan la constante y permanente actividad de vigilar e imponer el resguardo en dicha zona. El usuario del metro hace una apropiación temporal y efímera del metro. En tanto lugar de paso, podríamos decir que es un no-lugar, a la manera como los define Marc Auge (2000: 99), es decir, lugares de transito (como las autopistas, los aeropuertos, los supermercados, etc,) que están ordenados de tal manera que su modo de empleo es expreso en el discurso que lo define. Así en el metro encontramos textos, anuncios, que prescriben direcciones y rutas; que prohíben ciertos comportamientos y acciones; e informan de los lugares por los que se va pasando y otras muchas cosas (entre ellas la publicidad mercantil). De tal manera, los no lugares también son lugares asignados donde la apropiación está sistemáticamente impedida. No obstante a pesar de restricciones, grupos de individuos se las “ingenian” para “burlar” (corrupción) las restricciones de tal manera, que en el metro, se pueda robar, se pueda vender mercancía -pirata, se pueda ejercer la prostitución e incluso se puede presentar impunemente el hostigamiento sexual.
Decimos que hay apropiación por parte de delincuentes u comerciantes, porque las personas hacen del metro su lugar de trabajo (con la connivencia de los que supuestamente dan seguridad al funcionamiento del metro.). Por otro lado habría que hacer notar que hay distintos sujetos relacionados con el metro, así, están los usuarios, los trabajadores (de limpieza, vigilancia, técnicos, etc.) y los “ otros trabajadores” (ambulantes, delincuentes, etc.).
Según las autoridades del Metro, en 2006 se presentó por lo menos una denuncia diaria por acoso sexual. No se sabe, sin embargo, cuál es el patrón de agresión de las personas reincidentes que han sido capturadas por este delito. Lo cual sería importante para saber si los agresores se han apropiado de ciertas rutas, ciertas estaciones, ciertos vagones, en los cuales cometen el delito, a semejanza de la apropiación que hacen los ambulantes.
La tercera modalidad de relación es el empaisamiento, que refiere al proceso por el cual un sujeto individual o colectivo dota de valor a una porción del espacio, transformándolo en lugar símbolo de ese mismo valor. El empaisamiento que se da en el metro es lamentablemente negativo – un mucho a la manera en que se da en los baños públicos, pensamos. La mayoría son inscripciones de signos que transmiten, o productos y servicios para consumir; o consignas políticas e incluso inscripciones insultantes o vandálicas, cómo es el caso de los grafitis y por supuesto, convertirlo en bote de basura (o sea que todo mundo deja su basura en el metro).
En cuanto a esta modalidad de relación entre sujetos y lugares nos encontramos con un testimonio de un caso de empaisamiento negativo de los hostigadores sexuales con relación a los vagones exclusivos para mujeres, que no solamente deja ver las concepciones machistas que están de trasfondo en el hostigamiento sexual contra las mujeres, sino que además habla de una posición política respecto de esa asignación que se hace de espacios exclusivos para las mujeres.
Un testimonio obtenido por CIMAC noticias nos habla de cómo los agresores sexuales embarran de esperma pasamanos y asientos de los vagones destinados a las mujeres
“Unas mujeres me dijeron que estaba sucia mi ropa, que tenía manchada la parte posterior del pantalón. No me había dado cuenta, pues iba sentada. Esto sucedió al levantarme y bajar en la estación Bulevar Puerto Aéreo”, aseguró Gabriela Ordóñez.
La entrevistada dijo que a raíz de ese hecho, empezó a observar con más detenimiento y notó que en la línea uno -que corre de Pantitlán a Observatorio-; entre las estaciones Pantitlán y Bulevar Puerto Aéreo, los asientos estaban machados de un liquido blancuzco, viscoso, que emitía un aroma a esperma. Lo curioso, explicó, es que sólo ocurre en los vagones donde viajan las mujeres. “He comprobado que en otros carros, es decir donde viajan los hombres, esto no sucede. La mayoría de las veces pasa entre seis y siete de la mañana”. La hipótesis de la afectada, Gabriela Ordóñez, es que en la estación Pantitlán, a la hora que se realiza el cambio de vía, entre las seis y siete de la mañana, el personal que hace la limpieza a los vagones es quién está vertiendo esperma en los asientos y pasamanos donde viajan las mujeres (González, 2004).
De los testimonios a los que tuvimos acceso, sólo encontramos al anterior como ejemplo perfecto de un empaisamiento que nos habla de una situación sistemática de hostigamiento sexual contra las mujeres por parte de ciertos individuos masculinos. En este caso, aunque pudiera sonar burdo y obsceno, hay una inscripción hecha con “tinta” semen que intenta dotar con un valor ofensivo a los asientos o a los pasamanos con la intención de transmitir o imprimir en la mujer -que es la se va a subir a los vagones exclusivos, un signo que la va a marcar como alguien, que por decir lo menos, ha sido burlada. Diana, de 21 años: «…pues me quedé de ver en Coyoacán con unas amigas. Me fui en Metro. Cuando llegué, me dijeron que traía una mancha blanca en el pantalón, y todavía venía fresca. Me dio mucho asco y miedo porque no me di cuenta como pasó«. De esta manera, decíamos, se plasma una posición política contra la asignación de espacios exclusivos para mujeres en el metro. La cuestión es que dicha posición no plantea, como opinaron varios “foristas” que segregar a hombres y mujeres sea ineficaz para luchar contra el sexismo (“Roberto: Separar a hombres y mujeres en diferentes vagones del metro no es una solución a largo plazo. La verdadera solución es enseñar sobre todo a los hombres a respetar a los demás. El respeto es uno de los valores mas importantes y la base de muchos otros valores ”) , sino que por el contrario, estos individuos están en contra de los espacios exclusivos porque, tal vez, consideran que es un privilegio u obstáculo que les impide continuar su labor sistemática y cotidiana de humillación y hostigamiento contra las mujeres. En cierta manera esta forma de emapaisamiento deja ver cierta frustración en los acosadores pues buscan formas de burlar la asignación de vagones exclusivos para mujeres, para “seguir haciendo de las suyas”.
- Relaciones entre sujetos en los lugares.
“Las relaciones que se establecen entre sujetos individuales y/o colectivos en los lugares, nos interesan para comprender el condicionamiento que las relaciones entre sujetos ejercen sobre los lugares y, viceversa, el que los lugares ejercen sobre las relaciones entre sujetos. En un primer nivel de análisis funcional se examinará cuál es la necesidad cuya función de satisfacción está localizada en el lugar. En el segundo nivel de análisis se examinará en cambio el sentido del lugar para los usuarios y el condicionamiento recíproco que existe entre lugares y sujetos. Cuando los lugares cambian, los lugares mismos cambian, se transforman, se convierten en otro lugar”. Amalia Signorelli
Para este apartado del ensayo utilizaremos las entrevistas que realizamos a mujeres que utilizan normalmente el servicio del Metro. También utilizaremos algunos testimonios de mujeres y hombres dejados en el foro del El Universal.
En primer lugar habrá que anotar, según lo publicado en la página de internet del Servicio de transporte colectivo Metro, que diariamente este medio de comunicación transporta alrededor de 4 millones de personas. Cuenta con 175 estaciones distribuidas en 11 rutas en 176,177 kilómetros de red. Siendo durante todo 2007 la estación de menor afluencia: Santa Anita Línea 4 con 526 mil 706 usuarios (1500 pasajeros diarios) y la estación de mayor afluencia: Indios Verdes Línea 3 con 43 millones 777 mil 981 usuarios (1,200,000 pasajeros diarios). En segundo lugar, en cuanto al hostigamiento sexual que es el tipo de relación al que nos interesa enfocarnos, puesto que es éste precisamente el principal argumento para la asignación de vagones exclusivos para mujeres -y hombres, diremos que, según Paola Aceves, coordinadora de los módulos del Programa Viajemos Seguras del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del GDF, la mayoría de las agresiones sexuales de hombres contra mujeres en el Metro se dan entre las 8:00 y las 11:00 am y los agresores tienen entre 26 y 45 años de edad (Pantoja, 2008).
La ciudad de México, al igual que sus habitantes, necesita no solamente de transporte público, sino verdaderamente de transporte eficiente, de bajo costo y cómodo. Sin embargo, esta necesidad no ha tenido una satisfacción real, incluso podríamos decir que muchas de las obras viales que actualmente se están construyendo y que causan graves problemas de comunicación vial, debieron haberse realizado por lo menos hace 10 años. En este sentido, el metro, ha sido y sigue siendo un medio de transporte que no solamente permite el desplazamiento de millones de personas, sino que además es una alternativa de transporte efectivo pues se reducen, tanto los costos de transportación como el tiempo de recorrido, razón por la cual obviamente se convierte en un medio de comunicación sin el cual la dinámica de vida de la ciudad de México sería impensable. Siendo un transporte colectivo, en beneficio de todos, los usuarios del metro no tendríamos porque vernos sorprendidos por actos de robo, de ambulantaje desmedido y hostigamientos sexuales, sin embargo esto no es así. Cuáles son las causas del aumento de estos fenómenos, pueden ser varias. En lo que refiere a los hostigamientos sexuales contra las mujeres nosotros pensamos que se debe a varias causas, particularmente a dos:
a) Estilos de conducta de hombres basados en normas y valores discriminatorios y ofensivos para la mujer, tanto en lo que refiere a la negación de la capacidad de ésta para elegir el momento en que quiere tener contactos eróticos, cómo para elegir con que personas y de que sexo, quiere tener esos contactos (cómo lo dijo Rocio: “Hace poco, unos amigos que nos visitaban de otro país, no podían creer que las mujeres tuvieran sus propios vagones en hora pico, es increíble! que los hombres no controlen las ganas de tocar a una mujer, que no tengan sentido común, me gustaría que alguna vez los papeles cambiaran, no me imagino a una mujer intimidando de esa forma a un hombre, bueno en realidad no necesitamos esos bajos instintos, creo que las mujeres lo demostramos de otra forma, de formas más éticas y profesionales, será por eso que a los hombres les queda sólo esa alternativa?… “ .) Es decir, los sujetos acosadores pretenden que las mujeres acepten la violación de su integridad, en cualquier momento, sin que haya ningún rechazo de parte de ellas. Podríamos decir que es un estilo de conducta machista y misógino. La cuestión es que dichos estilos de conducta están enmarcarlos dentro de esquemas estereotipados ampliamente difundidos y aceptados, donde los hombres tienen que ser de una manera (machos) y las mujeres tienen que ser de otra (sumisas, abnegadas, etc.). Estos esquemas estereotipados están presentes, lamentablemente, tanto en religiones como en ideologías políticas. Es decir, lo mismo puedes esperarlo (el acoso sexual) de un protestante, un cristiano, un católico, un masón, que lo puedes esperar de un militante de izquierda o derecha, moderado o extremista.
b) Aunque tal vez no sea muy evidente, el problema del hostigamiento sexual contra las mujeres también está en relación con el patriarcado como forma dominante de organización en la estructura social presente en México y en particular en la Ciudad de México. El patriarcado presupone una superioridad de hombres y una inferioridad de las mujeres que se expresa en una pretensión de apropiación, de control sobre las mujeres. Control erótico, control económico, control ideológico y por supuesto, control social. En este sentido, es posible afirmar que la solución impulsada por el gobierno para disminuir los actos de hostigamiento sexual contra las mujeres es una solución parcial porque pretende que el metro sea un espacio libre de hostigamiento sexual, ignorando (o pretendiendo olvidar) que la discriminación, que la violencia, contra las mujeres también se da en otros espacios: el hogar, el trabajo, la escuela, los espacios públicos, etc. y que es este un problema inherente al modo de producción y al sistema colonial, donde la mujer es violentada por ser obrera, por ser mujer y por su cultura, por lo que no es un mero problema de actitud de los hombres, cómo pretenden hacernos creer. No obstante decimos que es una solución parcial, porque a decir de las propias mujeres, por medio de la asignación de vagones exclusivos para ellas se ha ayudado a combatir el hostigamiento sexual.
Revisemos ahora algunos testimonios sobre acoso sexual en el metro. Iniciemos el recorrido por testimonios de acoso en vagones mixtos tanto para hombres como para mujeres y al final haremos notar las diferencias que aprecian las mujeres en cuanto a viajar en vagones mixtos y vagones exclusivos para mujeres. Encontramos el testimonio de un hombre que cuenta los “roces” que tuvo con otros usuarios. Asentamos su testimonio para preguntarnos cuantos de esos “roces” -que el sujeto no detalla, podrían ser considerados por mujeres como “tocamientos sexuales” y cuantos de esos “roces” podrían ser efectivamente intencionados como “tocamientos sexuales” que incluso el afectado no pudiera detectarlos como tales, en el sentido de que el sujeto acosador puede construir sus fantasías sexuales a partir de un mínimo detalle o tocamiento.
Ebrardo Gómez: Abordo el metro para ir a mi trabajo, y conté cuantos roces tuve con gente en taquilla, escaleras, andenes y vagones. Fueron 3 en taquilla (2 hombres, 1 mujer), 16 en escaleras (11 mujeres, 5 hombres), 5 en andenes (todos hombres), y como unos 8 o 9 en vagones (7 u 8 hombres, 1 mujer). En los 4 escenarios (taquilla, escaleras, andenes y vagones) la gente va con prisa, acelerada y teniendo especial cuidado en las escaleras.
Difícil saberlo, sin embargo, los “roces” podrían ser lo de menos, puesto que hemos encontrado testimonios de acciones que a todas luces constituyen una agresión sexual. Cómo dato curioso una de las entrevistadas dijo que era menos traumático que la manoseara una mujer en un vagón en el que solo viajan mujeres, que un hombre en un vagón mixto.
Griselda, de 41 años, dice: iba en el Metro y un tipo me comenzó a decir de cosas. No eran piropos; eran cosas vulgares. Cuando me bajé, me siguió. Entonces, encontré a un policía, y le dije que lo agarraran porque me venía insultando. Pero los polis, como mensos, no hacían nada; me decían que si lo agarraban iba a perder todo el día en la declaración; que mejor lo dejara ir.
Angélica, de 19 años: Tenía como 12 años. Iba con mi mamá en el Metro, pero venía platicando con una amiga. Yo ya había notado algo raro, pero, como estaba lleno, no me podía mover mucho. Cuando menos vi, el tipo ya estaba a mi lado y me tocó con toda la mano en mis genitales. Yo no sabía que hacer, pero lo que me dio más coraje es que, como mi mamá estaba platicando, no se dio cuenta…
Claudia, de 22 años: Iba para la escuela. Como estudiaba gastronomía, iba con mi uniforme. No traía puesta la filipina, sino una blusa blanca. Iba sentada en los (asientos) de cuatro, en una orilla. De pronto, sentí algo en el hombro, pero no le puse atención. Volví a sentir, pero con tanta gente que había supuse que era alguna mochila o una bolsa de mandado que me habían recargado. Pero después sentí que se movía muy extraño. Fue cuando voltee y vi a ese cerdo asqueroso que se sacó su cosa y me la puso en el hombro. No me quedé callada, me paré y le di un puñetazo en la cara y, luego, otros señores lo sacaron del vagón…
Guadalupe: Cualquier mujer que haya viajado en el metro en horas pico sabe muy bien la diferencia entre el roce inevitable de personas apretujadas unas contra otras y el que algún tipejo se excite rozando y apretando voluntariamente los genitales contra los glúteos, caderas y/o piernas de una chica. Eso es acoso sexual y en eso estamos indefensas pues aunque le grites que se quite te salen con el pretexto de «pues no me puedo quitar señorita vea como esta el metro», a mi me parece perfecta esta medida a ver si así les da miedo seguir abusando de nosotras de esa forma.
Alicia: Me «crucé» (en el mejor sentido del término) con un tipo en el andén de ciudad deportiva y haciendo su manota para atrás me agarró en medio de las nalgas, obvio que se fue rápido y para cuando localicé a un policía, el viejo había desaparecido. que ley ni nada, ahora compré un gas pimienta y lo ando buscando todos los días para rociarlo.
Sara: ¿Nunca han sentido un arrimón no accidental verdad? Pues a mis 19 años no me han agredido mucho en esos aspectos pero lo poco que me ha tocado, para empezar te saca de onda y con el miedo de lo que te puede hacer el tipo no sabes ni como reaccionar, aparte de que te expones a que se ponga agresivo y no se, es demasiado horrible esa situación. ¡Ahí es donde los policías deben de hacer su trabajo no! No permitir que los hombres se vallan en los vagones para mujeres.(Pero todo el día).
Paty: Aunque en verdad existen hombres nefastos que le faltan muy feo a las femeninas sin importarles su edad, cuando yo tenia 16 años viajaba en el metro y al bajar en pino suarez, en la bola de los que bajábamos y los que entraban me metieron la mano en mi parte femenina, y fue algo horrible por que a quien le echaba la culpa o a quien le reclamaba fue algo traumante créanmelo, a esas personas se les olvida que los pareo una mujer y se les debe respeto.
Del hostigamiento contra hombres solo vamos a citar tres casos, dos se dieron en vagones mixtos y uno en un vagón exclusivo para hombres. En dos de ellos, hombres homosexuales hostigan a otros hombres y en uno más, un grupo de mujeres hostiga a un hombre:
Daniel, 21 años: Pues fue como hace dos años, viajaba en el metro a eso de las 4:00 pm y de pronto un homosexual me empezó a insinuar sexo oral. Después bajé del metro, me siguió y me dijo que le gustaría mamármela y que traía 300 varos. Obviamente se fue a chingar a su …
Ricardo: Una día iba yo a CU en la línea verde, en el vagón iba un chavo parado junto a la puerto, debo reconocer que estaba galán y sentadas iban tres chavas con uniforme como de secundaria. Las chavas empezaron a coquetear con él tipo, se levantaban la falda y él se ponía de mil colores, una de ellas se paro y se puso junto a él y ya cuando se bajaba del vagón en el metro Zapata, le agarro la nalga y las tres le gritaron papacito. Yo me pregunto que hubiera pasado si eso lo hacen tres hombres a una mujer.
Rubén, 22 años: Un homosexual comenzó a tocarme los genitales aprovechando que íbamos en una hora pico, aproximadamente a las 6:40 am, simplemente lo rechacé y me cambié de lugar.
Del hostigamiento de mujeres contra mujeres, particularmente en los vagones en que viajan sólo mujeres, no encontramos ningún testimonio al respecto, la razón parece ser, como nos dijo Pamela (23 años) que cuando se viaja entre mujeres, ellas “no te manosean y si estamos completamente juntas no hay ningún problema más que la falta de aire” , sin embargo fue más allá al plantear que “el único problema es que de cierta manera son muy conflictivas, se enojan si las empujas o algo más […] hay señoras (que son las más comunes) que se enojan y gritan cuando las empujas” . Otras mujeres dieron una respuesta semejante.
De lo anterior podemos concluir que la relación que se da entre los sujetos en vagones mixtos o vagones exclusivos cambia considerablemente, porque en vagones mixtos lo más común es que se presente el acoso sexual contra las mujeres (y no viceversa, que se da en mucha menor medida), cómo lo dijo Julieta (23 años) «cuando uno se mete al vagón del centro [mixto], por que vas con prisas, por lo general, los hombres aprovechan el poco espacio para manosearte o estar sumamente juntos detrás de ti, aun cuando queda un poquito de espacio para no hacerlo. El punto es que te manosean cínicamente.” y cómo lo dijo otra de nuestras entrevistadas, cuando se les reclama su cercanía salen con que “pues no me puedo quitar señorita vea como esta el metro«. Lo cual también nos recuerda que como causa de las aglomeraciones (y del hostigamiento sexual) en el metro, no podemos olvidar ciertas deficiencias en el servicio. En cuanto al viaje en vagones exclusivos para mujeres y para hombres, en general parece que el viaje es un tanto semejante. Los hombres de quienes obtuvimos testimonio afirmaron que no se sentían más seguros al viajar entre hombres que entre mujeres, pero si dijeron que era más “cómodo” viajar con mujeres. Por su parte, las mujeres afirmaron que se sentían más seguras al viajar entre mujeres pero no más cómodas que al viajar con hombres. Pamela, la mujer que citamos arriba contesto que “ hay veces que no se puede respirar y tienes que modular la respiración para no desmayarte. Hay veces que dan ganas de vomitar por el poco espacio, el calor, recién desayunaste y aparte los olorosos perfumes”. Lo cual nos parece que también puede suceder a los hombres al viajar apretadamente en los vagones exclusivos para hombres.
Finalmente apuntemos este otro testimonio, de Enrique, un hombre que afirma que: “ No hay un sólo lugar en el mundo, sobretodo en las grandes metrópolis en donde se presentan aglomeraciones, tumultos, conciertos, peregrinaciones, etc; que el varón primordialmente, aproveche para agredir en forma de tocamientos de carácter sexual, eso es lo que se debe sancionar la intencionalidad,(de varón o mujer, porque la victima también puede ser el varón u otra mujer agredida por una de su mismo sexo) viajar en el metro es imposible sin evitar el roce de los cuerpos.” . Lo cual nos parece una visión muy acertada, sin olvidar que definitivamente en los hombres parece haber mayor intención de aprovechar las aglomeraciones para hostigar sexualmente a las mujeres, aunque como al final lo veremos también sucede que grupos delictivos utilizan a mujeres para provocar un supuesto hostigamiento que deriva en extorsión.
- Relaciones entre los lugares en la experiencia y en las representaciones mentales de los sujetos.
El tercer aspecto a estudiar en las relaciones que se presentan entre sujetos y con/en los lugares, según la metodología que venimos siguiendo, de acuerdo a lo propuesto por Amalia Singorelli es el de las representaciones que los sujetos se forman al experimentar el uso de ciertos lugares, que en el caso de nuestro ensayo es el metro.
En el apartado anterior ya hemos visto algunas de estas representaciones, particularmente en lo que se refiere a si es más seguro o más cómodo viajar en vagones exclusivos o en vagones mixtos, así que este punto lo dedicaremos a algunas posibles soluciones que los usuarios proponen para mejorar el servicio. En este sentido, en general la percepción que se tiene de la experiencia de viajar en el metro es contradictoria. De principio todos los usuarios aceptan que si no fuera por el servicio de transporte colectivo metro difícilmente se podrían trasladar a destinos que están a distancias muy grandes, pero no siendo pocos los que necesitan del servicio, es claro que el metro es un transporte masivo (ya lo decíamos al principio, transporta 4 millones de personas diariamente). Por otro lado, igualmente la mayoría de los usuarios denuncian actividades que individuos o grupos realizan con la anuencia de las autoridades y que deterioran el servicio que da el metro. Decíamos al principio de este ensayo que esas actividades son el ambulantaje, el exceso de ruido que producen quienes venden música, el robo, mucha basura, aglomeraciones, y el hostigamiento sexual.
El mayor reclamo, tanto de hombres cómo de mujeres, es el de la eficiencia en el servicio, es decir, si los trenes no tardaran tanto, si no se detuvieran demasiado tiempo en una sola estación provocando retrasos, las aglomeraciones de gente serían menores en cada estación y por lo tanto los vagones viajarían menos llenos con lo que se podría reducir, al menos, la incidencia de el robo y el hostigamiento sexual; los dos principales delitos que se presentan en el metro. Las otras actividades que deterioran el servicio, como el ambulantaje, se acabarían, a decir de los usuarios, con sanciones legales mayores y sin la presencia de funcionarios corruptos. Pero veamos algunos de los testimonios y propuestas a este respecto:
Julian: Debería haber un metro especial para mujeres, quizá pasando 2 convoys para hombres y 1 de mujeres en las horas de alto transito, 4 vagones ya no son suficientes, esta ciudad esta a reventar!
Luis: 1.- vagón completo para mujeres( ejemplo: un tren para mujeres y otro para hombres) 2.- Trenes modernos con cámaras de seguridad con reconocimiento de rostro. 3.- Seguimientos de trenes vía gsm por ejemplo que se pueda ver en un tablero electrónico, donde va y el tiempo aproximado de llegada a lapróxima estación. 4.- Mensajes subliminales (esto ayuda a la perfección, sino sólo vean la televisión) anunciando todo lo que no se tiene que hacer, antes de entrar permita salir, no tocar etc. 5.- Policías dentro de los bajones en cada puerta, esto ayudaría a que cuando se sature el metro no deje entrar a la gente, hasta que tenga nuevamente espacio suficiente como para viajar seguro. 6.- Televisión tipo metrobus, esto ayuda a que la gente se distraiga y no sólo vayan viendo la cara del otro. 7.- Metro que, promueva una mejor educación, concientizar a los usuarios a utilizar el metro para viajar y no para todo lo contrario. (mensajes subliminales)
Lucía: No creo que las sanciones sean suficientes, por algo siguen sucediendo acosos y tocamientos a cualquier hora del día y en cualquier lugar; me parece que es más bien un problema de tipo cultura y social; mientras los hombres sigan pensando que una mujer es para manosearse (y con el perdón de todos, y espero no censuren esto)y no controlen su calentura, los tocamientos seguirán a la orden del día. No es por ser mocha o que me espante, pero también esa lujuria se les incrementa con la cantidad de anuncios y revistas que sólo exhiben mujeres desnudas y con poca ropa; algunos ven eso y por eso suben al metro con la mente caliente.
Zara: No considero que sea suficiente [mayores sanciones legales] también deberían cortarles la mano entera. «árbol que nace torcido jamás su rama endereza». gracias.
Raúl: “Los usuarios del metro comprendemos el afán de protección a las mujeres, porque de que sufren tocamientos, claro que los sufren. En una ocasión hace años una mujer me dio un codazo porque pensó que me estaba recargando a propósito en ella, y no era así; íbamos tantos en el metro que no había para donde hacerse. Su actitud me enojó mucho y así se lo hice notar. Me tachó de «grosero» y «mañoso». Yo le repetí que no era mi intención de acercarme a ella ni mucho menos tocarla, que comprendiera que a su vez a mí me estaban empujando. Creo que al final entendió. Repito, comprendo el afán de protección a las mujeres, pero, ¿será justa la medida [mayores sanciones legales] para quien no tenga intenciones de manosear? SUGERENCIA: QUE REPARTAN LOS VAGONES DEL METRO, MITAD PARA MUJERES Y MITAD PARA HOMBRES. Que las mujeres no se suban a los de los hombres y viceversa. Así no serán necesarias las medidas demagógicas y mal planeadas como las propuestas.
Isabel: Creo que seria una buena idea si no existieran tantas bandas que se dedican a extorsionar a la gente, creo que ya es necesario hacer mas unidades, y también creo que hace falta mayor mantenimiento a las unidades, y mas organización para que el transporte sea mas eficiente…
Rodrigo: La mejor solución. Que se destinen vagones exclusivos para hombres y más vagones para mujeres y que a ellas se les prohíba subirse a los vagones de hombres.
Yahir: Es necesario poner un alto a aquellas personas que buscan una satisfacción al llegar al grado de lastimar o hacer sentir incómodas a otras personas; sean hombres o mujeres. […] Algo mas que se puede hacer es solicitar / exigir un sistema de transporte público efectivo/ eficiente/ rápido/ justo; sin la necesidad de estar esperando 15 minutos un tren que llegará atiborrado de gente para estar otros 5 minutos en la estación (cualquiera) sin ventilación o aire acondicionado escuchando a lado unos gritos de «se va a llevar la oferta, la promoción» mientras en tu oído está una música que NO te agrada, la cual no te permite ir platicando con tu acompañante o escuchando la música que a ti te gusta. Un sistema eficiente sería también una buena ayuda.
Claudia: Eduquen a la gente. Enséñenles a ser conscientes, de buenas maneras, a tener respeto, a tener buena convivencia, a tener consideración, a ser corteses y saben ¿cómo? No permitiendo un cine tan vulgar como el mexicano en donde de tres palabras dos son majaderías, programas tan vulgares como los que pasan en la televisión mexicana en donde se promueve la falta de respecto (“la escuelita”), no permitiendo revistas tan vulgares como el libro semanal, el alarma y esas cosas que traen puras porquerías y programas en la radio tan vulgares y soeces como ese del “panda-show” y uno que grita «que se vaya al averno”. Es increíble como nuestros medios masivos traen tanta basura. Si elevamos nuestro nivel educativo, cultural y de buenas maneras y hacemos conciencia en nuestra gente, créanme, no sería necesario hacer tantas leyes tan tontas, que nada más engrosan el código civil y que todo mundo se las pasa por alto.
Finalmente una cuestión que muchas mujeres hicieron notar en el foro de El Universal, es que en dicho foro muchos hombres apoyaron la idea de que se destinarán más vagones exclusivos para mujeres, pero a la vez, muchas mujeres denunciaron que muchos hombres buscan subirse arbitrariamente y a la fuerza a los vagones exclusivos para mujeres. En este sentido, otra de las representaciones muy presentes, particularmente en los hombres, es aquella que habla de grupos delictivos que se dedican a extorsionar bajo el argumento del hostigamiento sexual. Se recopilaron muchos testimonios al respecto pero sólo vamos a poner cuatro:
Miguel: quiero comentar dos casos le sucedieron a a dos conocidos, el primero es una mujer que fue víctima del hostigamiento de un joven de aproximadamente 20 años, el cual para fortuna de ella venían en el vagón 2 vigilantes de civil y fueron testigos y lograron atrapar infraganti al agresor, lo consignaron, pero jamás dio informes de que sucedió con su caso y ni siguiera la citaron, posteriormente resultó que el tipo andaba como si nada, nuevamente haciendo de las suyas, cosa que deprimió a la afectada; el segundo caso, un joven de 22 años acusado por una tipa que fingió ser atacada por él, resulta que cuando era trasladado al modulo que está en el Metro, le pidió dinero la chica (de 25 años) para que no levantara cargos, ante la negativa de esta volvió a insistir e incluso le pidió le dejaran hablar a solas con él, situación que derivó en su detención y proceso, a pesar de que la chica jamás se presento y llevó testigos de que nunca acoso a la fulana, el asunto es bastante grave, porque a mi ver si no hace una investigación profesional, lo único para que servirá, es para generar mayor corrupción.
Javier: Hace poco más de un año, un joven universitario fue acusado de hostigar y manosear a una chica en el metro. Fue detenido y llevado al reclusorio norte en le que paso poco más de 4 meses, durante los cuales, a pesar de las versiones contradictorias de la chica, la juez no dictaba sentencia. Casi al final del proceso, y a punto de ser sentenciado por la juez (que por cierto, no leyó en ningún momento el caso), la chica le ofreció el perdón a cambio de 25 mil pesos. Este caso me parece fue más una extorsión, más que un abuso, y este es un caso entre muchos de los que me he enterado.
Erika: Soy mujer y por supuesto que es horrendo que alguien te toque sin tu permiso! Pero mas horrendo es el hecho de que hay mujeres (?) que utilizando su «inteligencia», armándose de compinches y B U R L A N D O S E de estas nuevas «leyes» [que penalizan hasta con 12 años el hostigamiento sexual en el metro] , estén cometiendo extorsiones a MUCHOS usuarios incautos que sin deberla ni temerla terminan siendo «secuestrados» en reclusorios acusados de abuso sexual para finalmente ser liberados mediante un arreglo monetario con la ofendida y ademas de esto con su vida arruinada. Caballeros CUIDADO! No permitan que al amparo de estas supuestas leyes grupos de DELINCUENTES los extorsionen y lo peor lastimen a sus familias y a uds. mismos para siempre.
Gabriel: es injusto por que a los hombres nos puede hacer víctimas de mujeres criminales, que se dedican a extorsionar y robar. existe la banda de «las gordas» que son mujeres criminales que a eso se dedican. de pronto, una vieja puerca te señala de que «la estabas tocando» y estando de acuerdo con policías corruptos, te llevan a la cárcel, y no te dejan salir hasta que esa vieja puerca «te libere» si le pagas de 10 hasta 100 mil pesos ¿les parece eso justo? no creo que a muchas mujeres les convenga que le hicieran eso a su marido ¿o me equivoco? lo que deben de hacer es aumentar el número de trenes para que no se produzcan estos apretaderos
Finalmente para corroborar de alguna manera esta percepción, el que esto escribe, fue testigo de una conversación sucedida en el metro entre dos señoras, que según entendí no se conocían de otro lado u otro momento, o sea, que habían hecho plática en el viaje y curiosamente ambas platicaban el caso de que sus esposos estaban presos desde un par de meses atrás acusados de acoso sexual en el metro. Mujeres que por supuesto se quejaban no solamente de la penosa situación económica que estaban padeciendo por no contar con la ayuda económica de sus maridos, sino además se quejaban por tener que pagar los gastos de la defensa jurídica. Y lo más coincidente fue que ambas sostenían que sus maridos eran víctimas de bandas de extorsionadores. En fin, la cuestión es que viajar en el metro crea imaginarios contradictorios. Para algunas personas (los acosadores) viajar en el metro puede ser muy placentero, mientras que para otros, para la mayoría, ese mismo viaje cada vez más se va convirtiendo en un momento tenso de la rutina diaria.
Conclusiones.
En este ensayo nos enfocamos básicamente a la relación usuario – Metro. Sin embargo, cómo lo mencionamos al inicio, no es la única relación que se da en ese espacio, puesto que también los trabajadores (de limpieza, de seguridad, técnicos, etc.) establecen una relación particular con el metro y con otros actores, en este caso con los usuarios. Por otro lado, también hay individuos o grupos de ellos, que establecen también una relación de trabajo en el metro, estos son los ambulantes, los rateros y los acosadores sexuales, pero que están al margen de la ley y que laboran con la complicidad que sostienen con las propias autoridades del metro y porque la circunstancia del metro (aglomeraciones, servicio lento, muchas mujeres, potenciales consumidores etc.) lo convierte en un lugar “perfecto” para realizar sus actividades.
Para entender en su complejidad antropológica al metro habría que considerar todos estos tipos de relaciones. Aquí sólo hemos intentado un acercamiento al tipo de relación que ha producido que se asignen espacios exclusivos para mujeres -y para hombres: el hostigamiento sexual. Los vagones exclusivos para mujeres son iguales a los vagones exclusivos para hombres, y estos son iguales a los vagones mixtos, es decir, todos los vagones son semejantes. La experiencia de viajar en el metro tendría que ser parecida independientemente de si el usuario fuera mujer u hombre, sin embargo, no lo es. El punto de vista respecto de la experiencia de viajar en metro, cambia, siguiendo a Amalia. Singorelli, según la ruta, el horario y la duración del viaje, según la localización del vagón en la serie de trenes que compone el convoy, según las condiciones físicas y psíquicas de los individuos, y por supuesto, según el “capital cultural” y la posición socioeconómica de los usuarios. Si analizáramos estas variables en relación con la constante hostigamiento sexual, nos ayudaría a esclarecer este fenómeno. Así sería posible saber cuáles rutas o estaciones es donde hay mayor incidencia de hostgiamiento sexual ( Pino Suarez, Hidalgo, Pantitlan, Balderas y Martín Carrera); cuáles son los horarios en los que se presenta con mayor frecuencia (entre las 8:00 y las 11:00 am), cuáles son los lugares especificos donde se da el hostigamiento ( 50 por ciento de los toqueteos y abusos hacia mujeres tienen lugar en vagones, 9 por ciento en accesos, 4 por ciento en vestíbulos y el resto en andenes y escaleras), cuál es el género y edad de lxs afectados por el acoso sexual (las mujeres jóvenes), cuál es el género y edad de los acosadores (hombres, entre 26 y 45 años de edad), cuál es la posición socioeconómica tanto de los acosadores como de las mujeres hostigadas, y particularmente cuáles son las condiciones psicológicas de los acosadores sexuales. Cómo se verá ya se cuentan con muchos datos de éstos y seguramente las autoridades correspondientes tendrán otros que podrían complementar la investigación, pero que no han sido dados a conocer públicamente.
Proponer posibles soluciones pasa por considerar todos los factores antes mencionados y los que tienen que ver con que el metro sea un medio de transporte masivo. Pero también con el deseo y necesidad de que este medio de transporte sea un medio eficiente, seguro, cómodo, rápido y también barato. En este ensayo hemos plasmado distintos puntos de vista, una de las coincidencias es que los usuarios, particularmente los hombres, tendrían que demostrar mayor respeto hacia las mujeres y dejar atrás la ideología machista y misógina que tienen introyectada (lo cuál no es cosa fácil y sin duda es un aspecto ligado a otros como parte de la ideología dominante, por lo que su eliminación no podría darse aisladamente); y por otro lado, las autoridades deberían procurar soluciones más eficientes para combatir todos los problemas que padecen tanto los usuarios como el metro mismo.
Notas
1 Este ensayo (escolar) fue escrito en el curso de Antropología Urbana (UAM-I, 2008) del cual era titular la Dra. Angela Giglia (RIP), y en el que estuvo de profesora invitada la Dra. Amalia Signorelli. Lo hemos publicado tal cual aun cuando pudiera tener algunos errores de interpretación, y sólo hemos realizado algunos cambios mínimos en la redacción, así como en la actualización de las direcciones electrónicas de los artículos de periódico. A la memoria de la Dra. Angela Giglia.
2 Lamentablemente el foro donde estaban los testimonios ha sido borrado, sin embargo, puede leerse la nota publicada por El Universal al respecto, (mal) encabezada como «Ven riesgos de extorsión por penas a tocadores en metro». https://archivo.eluniversal.com.mx/notas/556696.html La nota tampoco nos da crédito por haber solicitado que abrieran ese foro, pero podemos asegurar que así fue, y lo agradecimos al editor en turno.
Bibliografía
Singorelli, Amalia (2008). El punto de vista. Sujetos y lugares. UAM-ixtapalapa.
Augé, Marc (2000). Los «no lugares». Espacios del anonimato. España: Gedisa
Torres Ruiz Gabriela (2007). Recopilarán datos de agresores sexuales en transporte del DF. CIMAC Noticias. Recuperado de https://cimacnoticias.com.mx/noticia/recopilaran-datos-de-agresores-sexuales-en-transporte-del-df/
González, Román (2004). En el Metro, mujeres víctimas de acoso sexual. CIMAC Noticias. Recuperado de https://cimacnoticias.com.mx/noticia/en-el-metro-mujeres-victimas-de-acoso-sexual/
Redacción (2008). Ven riesgos de extorsión por penas a tocadores en metro El Universal. Recuperado de https://archivo.eluniversal.com.mx/notas/556696.html
Pantoja, Sara (2008). Cárcel o 12 mil pesos por toqueteo en el metro. Recuperado de https://archivo.eluniversal.com.mx/ciudad/92799.html
Programa «Viajemos seguras» (2008) del Gobierno del Distrito Federal en colaboración con el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México. Web ya desaparecida pero que puede consultarse en Archive.org https://web.archive.org/web/20090620031513/http://www.inmujer.df.gob.mx/difusion/publicaciones/viajemosseguras.html
Organización Internacional del Trabajo. El acoso sexual en el mundo del trabajo. Recuperado de https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—gender/documents/briefingnote/wcms_740225.pdf
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